jueves, octubre 16

La realidad de los charrúas entrerrianos


La realidad de las comunidades charrúas de Entre Ríos no difiere a la del resto de las personas en situación de pobreza del país, pero con el agravante de que hoy están volviendo a palpar el genocidio y las matanzas sufridas a causa de los desalojos.

«El proceso de desposesión forzada del territorio nos golpea duro», advierte Marcelo Luna, de la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos, mientras aclara que para las comunidades indígenas la pobreza «tiene múltiples dimensiones».

Hay -dice- no sólo necesidades económicas, sanitarias y alimenticias sino materiales y simbólicas, unas tan importantes como las otras porque «para nosotros en el mundo indígena no existe ningún elemento separado del todo que es nuestra Madre Tierra, nuestras Onkaiujmar en Charrúa».

COMIDA Y COMUNIÓN. «Para nosotros es muy importante la dimensión espiritual. Cada acto es sagrado. Comer no significa llenar nuestro estómago sino comulgar con nuestra Madre Tierra, porque la vida es sagrada», remarca Luna.

En materia de salud, algunas comunidades indígenas de Entre Ríos están sufriendo a cielo abierto los agravantes de la fumigación.

A modo de ejemplo, en la comunidad Hue Guidai Bera, de la ciudad de Maciá, en el departamento Tala, hay 30 chicos con manchas y granos en sus cuerpos, producto de los agroquímicos, según Luna. Sin embargo, en los hospitales y centros de salud de la región «les dicen que es otra cosa, que no son los agroquímicos y les dan cualquier remedio contra las alergias».

SUFRIR LA GLOBALIZACIÓN. Además, no hay empleo, faltan planes de vivienda, tierra para trabajar, y más becas de estudio, entre otras necesidades.

Aunque la mayor de ellas es, a la luz de todos los entrevistados, los desmontes, la usurpación de tierras y el consecuente despojo.

«Los pueblos indígenas sabemos lo que es sufrir la globalización», advierte Luna.

Y detalla: «La primera fue en 1492 cuando nos invadieron desde Europa, momento en que intervienen dos elementos: uno material, un impresionante dispositivo bélico producto de ocho siglos de enfrentamiento con los moros que habían ocupado la Península Ibérica en 711; y otro espiritual, el cristianismo: que legitima la invasión, la pérdida de soberanía política de los pueblos originarios, las matanzas, la violación de las mujeres, la destrucción de nuestros lugares sagrados».

RECOLONIZACIÓN. La segunda globalización -afirma el integrante de la Coordinadora de Comunidades Charrúas de Entre Ríos- es la actual, la cual constituye «un violento proceso de recolonización hegemonizado por los países occidentales, proceso que busca apropiarse de los últimos bastiones de ecosistemas no degradados o destruidos que es donde habitan pueblos indígenas con escaso o nulo contacto con el mundo no indígena».

«Así que la vivimos resistiéndola», confiesa al tiempo que pone especial énfasis en explicar por qué nunca congregarán con la cultura occidental.

En ella, sostiene, «todo se vende; lo más sagrado es el dinero y la acumulacion de bienes en forma ilimitada. Una cultura que tiene un gran desprecio por la vida, porque ha perdido el sentido de totalidad del cosmos y sus criaturas».



informacion sacada del diario El Heraldo, Concordia.

No hay comentarios: